Son aquellos que se animan a soñar, quienes escriben la historia.
Porque los sueños, lejos de ser utópicos, se materializan cuando la voluntad, el esfuerzo y el amor comulgan en sintonía. Y algo maravilloso que tienen los sueños es que, al materializarse, el
resultado es mucho más grande que lo que la mente imaginó.
Cien años atrás un grupo de jóvenes soñadores fundaba nuestro querido Hindú. Esos chicos de diecisiete años nos dejaron un legado inmenso que hoy tiene un siglo de historia, y es nuestro
compromiso, como hombres y mujeres de Hindú, continuarlo con el mismo amor y la misma dedicación de aquellos valientes soñadores.
Y para explicarlo, qué mejor que apelar al emblema que hoy nos representa: el elefante. Símbolo de determinación, respeto, fuerza, sabiduría y lealtad. Lealtad hacia todo aquel que, sin importar el
vínculo de sangre, pertenece a la manada. Aquel que pertenece, merece respeto. Y ese respeto es parte de la sabiduría que los adultos transmiten y enseñan a los más jóvenes.
Somos parte de esta manada. Porque todos empujamos hacia el mismo lado. Porque el club y los colores están por encima decualquier persona. Colores que hace cien años se defienden con la
misma entrega y compromiso. A ese legado apuntamos como club: seguir transmitiendo el amor por nuestros colores celeste y amarillo, al igual que lo hicieron nuestros padres, abuelos, amigos.
La intención de este libro es relatar y reflejar estos valores que no deben perder vigencia en el tiempo, y lo hacemos desde la creencia de que la mejor manera de seguir construyendo es
entendiendo de dónde venimos. Sigamos escribiendo esta historia que hoy cumple cien años. Sin duda, la del mejor lugar del mundo.