Hoy cerca de cumplir cien años como club, quiero que sepas algo. Ponerse la celeste y amarilla no es un rato. No es un partido. Ponerse la celeste y amarilla es para siempre. Para cada instante de tu vida. Para dejar todo por un amigo. Para entregarte siempre. Para aprender a conjugar el verbo dar en todas su formas. Para aprender que no hay nada a cambio. Para superarte si te toca ganar y recuperarte si perdiste. Para ser mejor persona cada día. Para ser más leal y más honesto

Dentro y fuera de una cancha. Humilde en el triunfo y digno en la derrota. En cada momento de tu vida. Honrar esos colores que amas. Si es así, si estás agradecido al amigo o a tus viejos que te trajeron un día, si sentís que te emociona ponerte la celeste y amarilla, si te late el pecho cuando ves esos colores, entonces lo lograste. Sos Hindú y serás celeste y amarillo para siempre, para cada día, como el color de tu sangre, como el color de tu corazón.